martes, 2 de julio de 2013

Tres días por el Canal de Castilla



Para seguir disfrutando del verdor que ha traído esta primavera de aguas, nos disponemos a pasar unos días en otro entorno acuático de un valor excepcional: El Canal de Castilla


    El Canal de Castilla es una obra formidable de ingeniería, fruto del espíritu de la Ilustración. Los canales desde la antigüedad fueron una alternativa muy utilizada para el transporte seguro y cómodo de mercancías pesadas y voluminosas, difíciles de llevar por tierra. España tiene una orografía intrincada, que propicia el aislamiento de las regiones interiores. Y en el S. XVIII, tras la época de decadencia económica y demográfica de los reinados de los Austrias menores, ese aislamiento y decadencia eran realidades absolutas en la meseta norte castellana (lo que en mis tiempos se llamaba Castilla La Vieja)


    Para impulsar el desarrollo económico de la zona, el Marqués de la Ensenada, Zenón de Somodevilla y Bengoechea, ministro que fue de los tres primeros Borbones, retoma el antiguo proyecto de crear una red de canales que aproveche las aguas del Pisuerga, el Carrión y el Arlanza para unir los centros cerealistas y laneros de la Castilla interior con los puertos del norte, sobre todo Santander en el Cantábrico. Pensada en principio para el regadío pronto se vio su utilidad como medio de transporte.

    Los trabajos preparatorios del Proyecto comienzan en época de Fernando VI, en 1751, y serán los ingenieros Antonio de Ulloa y el francés Carlos Lemaur los que, tras detenidos estudios del terreno y varios informes, elaboren un "Proyecto General de Canales de Navegación y Riego para los reinos de Castilla y León" en 1753

    El proyecto inicial, muy ambicioso, incluía un cuarto ramal que llegaba hasta Segovia y también la prolongación por el oeste hasta Zamora. Al final el resultado fue el que se ve en el mapa: Tres ramales, el Norte, de Alar del Rey a Grijota, el Sur, de Grijota a Palencia y Valladolid, y el de Campos, hasta Medina de Rioseco. En total 207 Km que salvan un desnivel de 150 metros con una pendiente casi continua de 5 cm. por km.

    Para salvar los grandes desniveles se hacen esclusas, individuales o en conjuntos de dos, tres y hasta cuatro esclusas, que permiten a las barcazas subir o bajar un promedio de tres metros de altura en cada esclusa. Uno de los conjuntos de esclusas más espectaculares, y que aún conserva las compuertas, se encuentra en Calahorra de Ribas.


Esclusa triple en Calahorra de Ribas

 Pero no adelantemos acontecimientos: nuestra excursión se centra en el tramo más meridional del Ramal Norte, desde Frómista hacia el sur, y el Ramal de Campos hasta Medina de Rioseco

    Frómista es el punto desde donde parten diez y nueve esforzados ciclistas y cinco ayudantes con coches de avituallamiento y auxilio (entre los que se cuenta la cronista). Algunos, que pueden dedicar un día más a la excursión, pasan el viernes haciendo unos kilómetros por el Camino de Santiago, en torno a Frómista, en espera de que se les unan el resto de los viajeros, para el fin de semana.

    Qué se puede decir de San Martín de Frómista que no se haya dicho ya. Sin duda no es la más grande ni la más perfecta de las innumerables iglesias románicas que ennoblecen el tesoro del arte español, pero tras las restauraciones que le devolvieron un aspecto que creemos lo más parecido posible al original, se puede considerar un ejemplo de los más armoniosos, con unas proporciones perfectas y un acabadísimo muestrario de elementos arquitectónicos y decorativos, que la convierten en una lección magistral de Arte Románico. 


San Martín de Frómista

    Cierto que para todo hay opiniones, y muchos expertos no están de acuerdo en la restauración, que quizá haya sido demasiado intervencionista, pero si se compara con la maqueta que se guarda en el interior y que refleja el estado en que se encontraba en tiempos pasados, se agradece la intervención, ya que ese añadido en el cimborrio, la torreta exterior con pasarela y los cuerpos laterales, desvirtuaban por completo las proporciones originales. Por no hablar del pórtico y las torres circulares, totalmente enmascarados por construcciones espúreas.




    Hemos dejado la historia del Canal en el Proyecto: pues bien, la construcción duró casi cien años, desde 1753 hasta 1849. Entremedias hubo parones debidos a dificultades técnicas, la invasión napoleónica, las guerras carlistas... El S. XIX no fue un siglo fácil para España. En 1831 se privatizan las obras del Canal. Hay ya algunos tramos en uso, que permiten prever la rentabilidad de la magna obra, pero el estado español en tiempos de Fernando VII no estaba para muchas alegrías. Es un español afincado en Francia, Alejandro Aguado, que ya ha salvado con empréstitos personales alguna bancarrota del Estado Español, el que se hace cargo de las obras (No en vano era considerado en su época el hombre mas rico de Francia).

    En 1850, tras la muerte de Aguado, la Compañia que poseía el Canal se convierte en Compañía Anónima, y ya con el Canal terminado se encarga de su explotación en los años siguientes. Durante los casi 100 años que el Canal estuvo en uso llegó a haber casi 400 barcazas yendo y viniendo por sus tres ramales, en un activo tráfico de mercancías y personas.


  Volviendo a nuestros ciclistas, he aquí el equipo de uno de ellos, dispuesto para el duro trabajo que le espera





El grupo casi al completo posando para la salida delante de la esclusa múltiple de Frómista

 


Un alto en el camino




La triple esclusa de Calahorra de Ribas (las nº 22, 23 y 24) forma un conjunto espectacular, quizá el más fotografiado del Canal. Al conservar las compuertas, permite hacerse una idea muy aproximada del aspecto original de las esclusas. En un principio las compuertas eran de madera, pero fueron siendo sustituidas por otras de metal. Cuando dejó de usarse como vía de navegación, muchas esclusas fueron despojadas de las compuertas, pero este conjunto las conserva todavía.





Entre Calahorra de Ribas y el Serrón, una esclusa para nivelar las aguas del Canal, que dejan de nutrirse del Pisuerga y pasan a la cuenca del Carrión

Aquí radica el interesante proyecto Campos de Agua que se centra en el agua como factor para el desarrollo rural.



Este monumento conmemora la unión de las aguas del Canal con las del Río Carrión en 1795, en tiempos de Carlos IV




Ya metidos en el Ramal de Campos, los ciclistas se reúnen con los encargados del avituallamiento en Villaumbrales.






Puente de Villaumbrales

En Villaumbrales hay un bar ¡asturiano! llamado "El Batiburrillo" donde nos sirven bebidas mientras damos cuenta de nuestras provisiones



Y mientras tanto, las bicis se toman también un descanso.




La siguiente parada la hacemos en Becerril de Campos, a pocos kilómetros. Uno de nuestros viajeros tiene gran interés en volver a visitar la Iglesia Museo de Santa María, de la cual levantó los planos hace tiempo, cuando aún era estudiante.
  
Iglesia Museo de Santa María en Becerril de Campos

Es un edificio imponente, con la particularidad, que yo no he visto en ningún otro sitio, de tener un pórtico con dos alturas, cubierto con unos artesonados espectaculares.

Efectivamente dentro de la Iglesia se exhiben piezas muy interesantes. No olvidemos que estamos a un paso de Paredes de Nava que fue cuna, entre otras personalidades ilustres, nada menos que de la dinastía de los Berruguete:  Pedro, pintor y Alonso, escultor.

De otro gran imaginero castellano, Juan de Juni, contemporáneo de Alonso Berruguete es esta Madonna, que aunque algo desproporcionada, llama la atención por la dulzura de los rasgos.




 El Ayuntamiento de Becerril de Campos es un edificio neomudejar, de comienzos del S. XX que fue construido para escuela




 Y como corresponde a un lugar docente, adorna sus ventanas con sabias máximas moralizantes que inculquen buenos principios a los alumnos.




Lo que me llama mucho la atención es que hace tiempo encontré la misma máxima, con idénticas palabras, en el atrio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, en San Miguel de Allende, en México. Habrá miles de kilómetros de distancia, pero la sabiduría popular es la misma.




Después de esta parada culturizante los ciclistas vuelven al camino, pues ya queda poco para el fin de esta etapa del sábado: tenemos alojamientos reservados en Paredes de Nava


Puente de Valdemudo

Pero antes, pasamos por el puente de Valdemudo, en el lugar llamado "la Venta". Alli el Canal de Castilla coincide con la Cañada Real Leonesa, y este puente se hizo para el paso de las cabezas de ganado lanar que regresaban de los puertos del Esla y los Montes de Riaño; y la Venta, para descanso de los pastores que las conducían. Este puente fue el primero sobre el Canal, y el único que construyó el ingeniero francés Carlos Lemaur


Con la caida de la tarde llegamos a Paredes de Nava, población de bastante importancia en el Canal. Tanta que, aunque ahora se encuentre en decadencia, hasta principios del S. XX fue la segunda ciudad de Palencia en número de habitantes, después de la capital.


Iglesia de Santa Eulalia, Paredes de Nava

Además de los Berruguete aquí nació otro ilustre personaje, Jorge Manrique, autor de las famosísimas coplas a la muerte de su padre, que todos conocemos y que nunca perderán actualidad:



"...cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado,
fue mejor..."





Pero en Paredes de Nava encontramos unos alojamientos muy agradables y una buena cena que repone el desgaste considerable a que han sido sometidos los viajeros.



Y aquí está de nuevo el pelotón formado, después de una noche de descanso, dispuesto a devorar los kilómetros que nos separan de Medina de Rioseco.


El Ramal de Campos, junto al que discurre el camino de sirga por el que transitamos, es el que menos esclusas tiene, ya que es el que menos desniveles tiene que salvar. Solamente 7 esclusas.

El funcionamiento de una esclusa es como explica el siguiente dibujo:



De esta manera salvaban los desniveles las barcazas que subían y bajaban por el Canal con mercancías y personas. Las esclusas construidas en el S. XVIII suelen ser ovaladas, lo que permite que entren dos barcazas a la vez. En el S. XIX se optó por hacerlas rectangulares, con menor capacidad; así sólo permitían el paso de una barcaza cada vez, pero hacían más rápida la maniobra, ya que al tener menor volumen, el vaciado y llenado del vaso se hacía en mucho menos tiempo.





Había un Reglamento que regulaba el tráfico de las barcazas, que sólo circulaban de sol a sol, en las horas de luz, y eran movidas por tracción animal. Los caminos de sirga a ambos lados que ahora utilizan los ciclistas y caminantes sirvieron en origen para que animales de tiro, principalmente mulas, remolcasen las barcazas tirando desde tierra.




En los puntos en que el Canal tiene que salvar el cauce de un río o arroyuelo que circula por una hondonada, se construyen acueductos. El más espectacular se encuentra en San Carlos de Abánades, en el Ramal Norte y tiene cinco vanos. En este Ramal de Campos, encontramos este del Retortillo, más humilde, con sólo dos vanos, pero también una interesante obra de ingeniería




Tanta agua y una primavera tan lluviosa, han convertido los campos en una riqueza de verdes esmaltados con unas amapolas como hacía tiempo que no veía




Al sur de Paredes de Nava se extiende la Laguna de la Nava. O para ser más exactos, se debería extender; pero tras una serie de desafortunadísimas intervenciones humanas a lo largo de varios siglos, lo que fuera una extensión de casi 5000 Ha en los años lluviosos, uno de los mayores humedales de la Península y un hervidero de vida, se ha desecado hasta convertirse en una pequeña extensión de lagunas temporales que no pasan de 400 Ha en los mejores momentos.

Se ha llegado a una imitación de los ciclos naturales, llenando y vaciando la superficie inundada, de manera que permita tanto la conservación de las especies acuáticas en momentos con más agua, como el aprovechamiento ganadero de los pastos que se generan en las épocas de menor inundación. Véase la página oficial


Vista de la Laguna desde uno de los observatorios de aves dispuestos para visitantes.

La hora de la comida nos encuentra en Villarramiel, donde reponemos fuerzas.
Aquí parte del pelotón desentumece los músculos con unos estiramientos, antes de volver al duro trajín de los pedales.




En el horizonte se dibuja una torre imponente y nos acercamos a ver las ruinas del castillo de Belmonte de Campos. Parece mejor conservado de lo que está en realidad: apenas se mantiene en pie este torreón, pero está prohibido acercarse mucho, debido al estado ruinoso del edificio


Castillo de Belmonte de Campos

En su momento debió ser población de importancia, si llegó a tener un castillo tan señorial. Actualmente ostenta el dudoso honor de ser la población con menos habitantes de todas las que se asientan en las cercanías del Canal: 32 habitantes según el censo de 2012.



Paradójicamente resulta más anacrónico este azulejo del año 1949, que el castillo medieval


 Seguimos nuestro camino, ya muy cerca de Medina de Rioseco.  



 La última esclusa, la nº 7 se encuentra donde el Canal hace un ángulo casi recto junto a una antigua fábrica de harinas. Hay una pequeña dársena y un embarcadero para el movimiento de pasajeros y mercancías. 


Fábrica abandonada junto a la esclusa nº 7

 El Canal propició la construcción de muchas de estas edificaciones, molinos, batanes, fábricas de harinas, pequeñas centrales eléctricas, talleres para el mantenimiento de las barcazas y las instalaciones del Canal... Todo ello dio vitalidad y recursos económicos durante casi 200 años a una zona que se encontraba abandonada y en decadencia antes de la existencia del Canal. Algunas de estas instalaciones han seguido en funcionamiento hasta hace poco, como la central eléctrica de Calahorra de Ribas, que proporcionó energía a algunas industrias de Palencia hasta los albores del S. XXI


Y por fin, llegamos al destino final de nuestro viaje: Medina de Rioseco, donde el Canal se abre en una dársena de gran extensión, entre los almacenes para las mercancías y el edificio imponente de la fábrica de harinas San Antonio. Ahora en desuso, se conserva perfectamente con toda su maquinaria y se puede visitar el interior, por donde el trigo subía y bajaba hasta 14 veces, hasta completar el ciclo completo mediante el cual se transformaba en harina de diversas calidades por un lado, y salvado o paja para piensos, por otro.


Dársena y Fábrica de harinas en Medina de Rioseco

El interior de la fábrica, todo construído en madera, tanto los pisos como las vigas y pies derechos con zapatas que las sostienen, conserva el sabor de las industrias decimonónicas que forjaron grandes fortunas en esta zona. Así lo describe Gustavo Martín Garzo en su novela "La Soñadora", que refleja los años iniciales del S. XX en la ciudad y la influencia del Canal sobre los habitantes de sus orillas.




Los ciclistas posan, cansados pero felices, ante la amplia dársena donde termina el Ramal de Campos.




Los cuentakilómetros de las bicis dan testimonio del esfuerzo realizado: 199 km. en tres días. 




Todo listo para volver a casa.



El viaje ha concluido, pero nos llevamos las imágenes, los olores, las sensaciones y los buenos recuerdos de tres días intensos descubriendo una zona maravillosa y poco conocida. Hasta pronto

Y con este autorretrato, "La sombra de la Cigarra" nos despedimos hasta la próxima ocasión





Páginas interesantes:




El Ayuntamiento de Melgar de Fernamental tiene una página completísima en donde se puede encontrar información sobre muchos aspectos del Canal

La página de Juan Ramón Lagunilla, también hace un recorrido muy interesante por el Canal

Reportaje en TVE. A partir del minuto 5 hay una filmación antigua de barcazas faenando en las esclusas: