lunes, 1 de junio de 2009

El Madrid de Gallardón

¿Saben que si dejan el coche parado cinco días en el mismo lugar, aunque hayan pagado su tarjeta de residente y esté bien estacionado les pueden multar? (Hablamos del Madrid de Gallardón, por supuesto). No se pueden ir de vacaciones dos semanas, ni romperse una pierna, ni tener que hacer un mes de reposo por motivos de salud, ni simplemente, seguir la consigna de utilizar el transporte público de lunes a viernes, porque se pueden encontrar una sanción como ésta que le ha caído a mi hermano. Una cada semana, claro. No me estoy inventando nada, ni asustando con futuribles:









Efectivamente; Hay una Ordenanza Municipal del año 2005 (al poco tiempo de llegar Gallardón a su cazadero particular: Madrid) que permite al Ayuntamiento quitarnos dinero también por ese concepto.

Está claro, hay que sacar dinero de donde sea y como sea. Cuando Gallardón llegó al Ayuntamiento de Madrid, éste era uno de los más saneados de España (a pesar de los desatinos de Alvarez del Manzano); en este momento tiene deudas astronómicas para los próximos 50 años. Hay que vender las plazas de aparcamiento que se construyen destrozando las calles del centro histórico, poniendo en peligro los cimientos de casas antiguas, llevándose por delante restos arqueológicos que deberían estar protegidos... Así que se multa a los coches que están bien aparcados en la calle, después de que se les ha hecho pagar una tarjeta de residente para nada.

Los famosos túneles de la M-30 (no la llamaré Calle 30 ni aunque me fuera la vida en ello; cuestión de principios) que iban a solucionar todos los problemas de circulación y convertir el Manzanares en un vergel, se siguen encharcando cuando llueve, atascandose cuando hay follón y han convertido las márgenes del río en la viva imagen de Mordor.

http://www.foromovilidadsostenible.org/m30/legislatura.htm

No es posible extender la vista en ninguna esquina de Madrid sin tropezar con cinco o seis modelos distintos de poste publicitario, desde la mastodóntica pantalla de anuncios rotatorios (desperdicio de energía a lo loco)

generalmente colocada de modo de destroce algún panorama urbano de interés artístico, hasta los quiosquillos circulares (burda evocación del Paris fin de siglo),

o los expositores planos que se pretenden justificar como contenedores de pilas usadas (¿las recoge alguien alguna vez?) y los paneles en los laterales de las marquesinas de las paradas de autobús; todos ellos ocupan el espacio de los ciudadanos, afean la ciudad, la envilecen convirtiéndola en un permanente escaparate comercial y en la mayoría de los casos, estorban la visibilidad en los cruces, con el consiguiente riesgo para peatones y automovilistas. Quitaron los relojes con termómetro a los que nos habíamos acostumbrado y que tenían alguna utilidad, para sustituirlos por esa proliferación de paneles inútiles y espantosos. Pero seguramente la concesión no era de ningún amigo con el que se pudiera hacer negocio.

Pero por si todo eso no fuera suficiente la proliferación enloquecida y omnipresente de obras mastodónticas ha empantanado toda la ciudad convirtiéndola en un espacio hostil e invivible. La tala y destrucción de árboles es constante y será más aún.


http://www.elpais.com/articulo/madrid/excavadoras/toman/ciudad/elpepiespmad/20090525elpmad_3/Tes


http://www.elpais.com/articulo/madrid/conductores/sufren/obras/Colon/elpepiespmad/20090512elpmad_3/Tes


http://www.elpais.com/articulo/madrid/Arboles/devorados/obras/elpepiespmad/20090321elpmad_8/Tes


Por último, les recomiendo la lectura del artículo que publicaba Javier Marías ayer en el Pais Semanal sobre las posibilidades que tiene Madrid de ser elegida como sede de los juegos olimpicos en 2016. El interpreta así el lenguaje de nuestros dos ultimos alcaldes (y en esto estoy totalmente de acuerdo con Javier Marías):

Son ya veinte años (desde que empezó como alcalde Álvarez del Manzano) los que los madrileños llevamos recibiendo este mensaje de nuestros representantes: “Lárguense. Nos molestan ustedes, nos estorban en nuestras obras y escenificaciones. Esta ciudad no es para vivir en ella, como ustedes pretenden, sino para que nosotros hagamos negocio abriendo y cerrando las calles sin cesar, tirando árboles, ensanchando aceras que nunca han ido abarrotadas, construyendo aparcamientos y estaciones innecesarios, complaciendo a las constructoras y a las empresas de obras públicas, cargándonos las pocas zonas decentes que quedan, como el Paseo del Prado, levantando los suelos para poner sucio granito en su lugar, organizando chorradas que dificulten el tránsito, atronando los oídos con nuestras maquinarias, horadando túneles. ¿Qué hacen ustedes intentando pasear, descansar, trabajar, dormir, vivir? No es lugar para eso. Ustedes no cuentan. Váyanse de una puta vez”.


Y así, ¿cómo va a concederle nadie nada a un sitio sucio, caótico, perpetuamente destripado, ruidoso, incivilizado, invivible? Cualquier visitante se queda atónito y espantado. En la Plaza Mayor conviven el chabolismo y las meadas; la Puerta del Sol lleva cinco años (!) reventada, llena de mariachis y de mendigos salidos de la Corte de los Milagros (uno sin brazos, otro sin piernas y en ese plan, clama al cielo que el Ayuntamiento no se haga cargo de esa pobre gente); Serrano convertida en paisaje bélico por lo menos hasta 2011 (!), como Alcalá; dentro de nada correrán la misma suerte el Paseo del Prado y Colón y Callao, todo céntrico y todo a la vez, sin necesidad, sin sentido, sin mejora posible. Madrid es la ciudad del mundo en que se hacen más obras y menos lucen sus resultados. Parece regida por dementes desatados. (Javier Marías en El Pais Semanal de 31 mayo 2009)

¿De Madrid al Cielo? Seguramente, porque vivimos en el Purgatorio





10 comentarios:

Grine dijo...

Sin ir más lejos, este fin de semana he intentado enseñarles a unos amigos de Barcelona los lugares más emblemáticos de Madrid y he podido comprobar en mis carnes que no es posible pasear por una calle del centro sin hacer el salto de vallas (de obras). Un horror que dura todo el año pero que, además, se recrudece cuando llega el verano...

Lansky dijo...

Y sin embargo, les siguen votando...

Y sin embargo, Faraón Gallardón tiene buen cartel en otras zonas del país (como pepero moderado)

¡No pasarán! Madrid no es una ciudad especial por ser monumental, sino por su capacidad de resistencia.

Lansky dijo...

"Que sea todo fealdad,
que todo sea mentira;
el consuelo de la lira,
el goce de la amistad.
Que triunfen la deslealtad
y el desencanto en la vida.
Qué más da si en la escondida
vida de nuestra pasión
es nuestra mutua adhesión
la doble verdad querida."

Miroslav Panciutti dijo...

Hay un modelo urbanístico subyacente en la política de Ruiz Gallardón que, pese a sus aberraciones y molestias cotidianas, no tengo yo tan claro que no haya sido asumido y hasta deseado por los madrileños. Esa capacidad crítica tuya (más allá de las quejas por las molestias) no me parece que esté muy extendida. Como dice Lansky, sin embargo les siguen votando y, a diferencia de lo que afirma, me temo que en muchos apectos (en otro todavía no), ya han pasado. Un beso

Cigarra dijo...

Desde luego, Grine, vergüenza da la posibilidad de enseñarle Madrid a nadie de fuera. Lo que no me explico es cómo siguen viniendo turistas.

Cigarra dijo...

Si, Señor Lansky. Le siguen votando. Nos puede pisotear los callos, meternos la mano en el bolsillo hasta el codo, reirse de nosotros hasta que se le caigan las muelas (Dios lo quiera), robarnos hasta por el aire que respiramos, (que es cada día más irrespirable gracias a él): Pero siguen votando a Gallardón.
Yo tengo la ilusión de que Esperancita y él se destrocen mutuamente, pero son demasiado listos los dos, y la derecha que les respalda, demasiado cerril. Y así seguimos.




"Pero el pasado, ¿qué importa?
Sòlo el porvenir es nuestro
y él ha de ser el maestro
ante nuestra senda absorta.
Dicen que la vida es corta,
y es verdad. Pero hay verdades
más largas que las edades
y, entre ellas, las más benditas
son las de las infinitas
promesas de eternidades."

Cigarra dijo...

¿Tu crees que hay algún modelo urbanístico concreto debajo de la actuación caótica, dispersa, inacabada, contradictoria y aberrante de este Consistorio, Miroslav? Y si lo hubiera ¿crees que los madrleños, ocupados en correr tras la grúa que se lleva su coche, en evitar el árbol que cae bajo la sierra municipal, en saltar los hoyos y vallas de cualquier acera, crees que pueden captar ningún plan? A ras de zanja la perspectiva se pierde por completo. Madrid vota a Gallardón porque es una ciudad de pasta, y la pasta es de derechas. Y las derechas votan a las derechas pase lo que pase y hagan lo que hagan. (Y porque la alternativa de la izquierda viene siendo lamentable desde que yo tengo memoria, todo sea dicho)
¿No han propuesto a Mayor Oreja, el parlamentario europeo más absentista de Europa, como cabeza de lista en las próximas elecciones? Da igual que les demuestres que es como mandar a Chiquito de la Calzada. Le votarán. Pues igual con Gallardón-Ramsés.
Efectivamente, ya han pasado.

Cecilia dijo...

En Madrid no se puede circular ni tampoco ir por las aceras. En Madrid no se puede tener coche ni tampoco ir en autobús porque las obras les hacen cambiar de itinerario cada día y no sabes donde está la parada. En Madrid se paga mucho y se recibe poco. ¿Todo esto se va a solucionar con unas olimpiadas que no le van a dar a Gallardo?
Es todo marqueting, ficción, hipocresía, pero los madrileños, indómitos y masocas desde muchos siglos atrás, le dan unos votos que él no se ha ganado.
Pero mejor lo dice Marias. Mucho mejor.

Lansky dijo...

Miroslav tiene razón, Claro que hay un modelo urbanístico en las actuaciones gallardonas, aunque sea nefasto. Ese modelo, para entendernos, es el ya anticuado de ciudades entregadas al automóvil, extendidas y plagadas de accesos para vehículos motorizados, incluso autopistas urbanas (aunque las cambien de nombre, como la M-30)tipo Los Ángeles, frente al modelo alternativo de ciudad compacta mediterránea, con plazas, vías peatonales e imposibilidad de circular en automóvil privado. La primera es más rentable para el especulador y tiene los días contados por dos razones, la crisis energética que será total en pocas décadas y de la propia concepción del vehículo privado, y el colapso del tejido urbano al llegar a cierto punto, puesto que las calles no son de goma ni pueden ensancharse para dar cabida indefinidamente a más caudal de coches.

Marcelo dijo...

Bendita modernidad!
Un beso Cigarra