Sr. Director,
Hoy en día no eres nadie en la política si no comes en restaurantes de ciento cincuenta euros y prolongas la sobremesa hasta eso de las cinco y media o seis de la tarde, mientras los dos coches, el tuyo y el de la escolta, esperan en la puerta, preferiblemente en el carril-bus o en doble fila, invisibles para los vigilantes del PER y para la policía municipal, y los cuatro funcionarios se pasean por la acera tratando de disimular lo que son.
Una vez en el coche, con el habano en una mano y el móvil en la otra, descubres que se ha hecho algo tarde, por lo que ordenas al conductor que ponga el farolillo azul y la sirena para azuzar y espantar a los coches que rodean al tuyo. Es notable que todo el mundo se aparta para abrir camino, como si en algún artículo del Código de la Circulación se estableciese la obligación de ceder el paso a vehículos sin identificación alguna por el sólo hecho de que emitan destellos y sonidos mediante unos aparatillos que, por otra parte, cualquiera puede comprar en un chino.
Los que vivimos en Madrid ya estamos casi acostumbrados a este espectáculo, que se prodiga con pasmosa frecuencia, no sólo tras el almuerzo, sino a cualquier hora del día.
Pero lo que he visto hoy es nuevo y grave: en medio de un gran atasco, en la calle de Sagasta, a eso de las diez de la mañana, se abrían paso con sus luces y sus sirenas dos turismos sin identificación alguna y con las placas de matrícula tapadas con cinta adhesiva. Es la impunidad total.
El próximo paso, y quizás ya no falte mucho, será que los ocupantes asomen sus armas por la ventanilla, e incluso disparen al aire, para lograr una más eficaz intimidación.
Atentamente,
Ricardo Carrascón Garrido
viernes, 18 de enero de 2008
Coches de emergencia
Mi hermano Ricardo escribió esta carta a un periódico, y como no se la publicaron, la publico yo aquí, que no tengo tantos lectores como un diario, pero en cambio tiengo unos lectores muchísimo mejores que cualquier diario ( Je, je)
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16 comentarios:
¿Es posible? Si no lo leo en tu blog, de verdad, no me lo creo.
Me gustaría saber qué periódico se ha negado a publicarlo para proceder en consecuencia. ¡Esto es el colmo! Y, además, trae a mi memoria recuerdos de un pasado lejano. Era entonces tan joven y un día la armé por ignorar que un señor que se colaba en la cola del autobús era un policía de la "secreta". Parece ser que este hombre era conocido por su oficio por todo el mundo que tomaba el autobús menos por mí. ¡Cómo iba él a guardar su turno como todos!
Pues si, Franziska, el periódico en cuestión era "El Mundo", pero me temo que le hubiera dado igual intentarlo con alguno otro.
Tu anécdota me recuerda a aquel que dice: "¿Es usted policia secreta?" y le contestan "¡¿Aaah?!..."
Es icreíble que pasen estas cosas. Veo que la familia Carrascón tiene mucho que decir! Y bien dicho!
Besos cigarrita, me cuesta mucho entrar en tu blog, no sé por qué siempre se bloquea y tarda un montón. Pero no por eso voy a dejar de hacerlo.
Hola Zafferano: Si, somos bastante escribidores y protestones. Ese hermano mío (tengo otros tres) empezó un blog, pero lo tiene muy abandonado y es lástima, porque tiene cosas interesantes que decir y las dice bien. Así que cuando me las mande, las colgaré yo, (y me pondré los lazos que le correspondan, je, je)
Voy a cambiar la configuración de acceso al blog, para que no tarde tanto en abrirse. Si es que soy capaz de saber cómo se hace, claro.
Pocas cosas me sorprenden ya de los políticos...
Estupenda carta. Me imagino que, como sugiere tu hermano, no tenemos ninguna obligación de apartarnos para dejar paso a un coche sin identificación por más que destellee y atrone con una sirena. Habría que hacer ver a los políticos que no son de recibo esos comportamientos. Te diré que el coche oficial es seguramente el símbolo más importante de la vanidad de los políticos (¿la erótica del poder?). Este post me ha traído a la cabeza indignaciones personales con el comportamiento de la consejera de la cual dependo; a lo mejor un día de esto escribo también yo sobre el tema.
Hola Vegaspes, te debo una visita laarga, laarga, gracias por venir por aquí.
Venga Miroslav, escribe sobre el tema, que se le puede sacar mucha punta y disfrutaremos leyendolo.
Sí, tiene mucha razón su hermano de usted.
Yo me acuerdo una vez que llegaron los municipales a la entrada de un restaurante de lujo y sin multar a ninguno de los cochazos que estaban en doble fila y cuyos propietarios estaban comiendo, pusieron una multa a un opel corsa aparcado que se metía un pelín en el paso de cebra...
quería decir: "me acuerdo de que" o "recuerdo que", ya no me acuerdo. ¡Ayyy!
Y luego pretencden hacernos creer que hay libertad de expresión... es indignante que se negase un periódico a publicar dicha carta, a eso en mi tierra se le llama C E N S U R A...
Saludos
Y luego pretenden hacernos creer que hay libertad de expresión... es indignante que se negase un periódico a publicar dicha carta, a eso en mi tierra se le llama C E N S U R A...
Saludos
Si, Duarte, ayer mismo, domingo, le pusieron una multa a mi marido por pisar un poco un paso de cebra (dejando sitio de sobra para los peatones) mientras iba a recoger a su madre, una persona mayor. Era domingo y no estorbaba a nadie, pero le multaron. Este Ayuntamiento es la mayor cueva de ladrones que se ha visto en la historia. Están haciendo Madrid inhabitable.
Mara, gracias por tu visita.
Y es que nuestro pais tiene mucho de democracia bananera.
A la vista del gran número de comentarios que ha generado mi involuntaria colaboración en tu blog, prueba evidente de la alta calidad de mi pluma y la preclara luz de mis ideas, voy a establecer contacto con una entidad de la que me han hablado bien, creo que se llama SGAE, para que trate de sacarte algunos euros.
Ricardo
Bueno Ricardo, pero la próxima vez que nos veamos lleva algún testigo porque yo voy a intentar que parezca un accidente.
El que avisa no es traidor
Hola:
Entro en tu blog y me topo con la carta de tu hermano que tiene toda la razón. Os cuento el caso que más me dolió de estos.
Fue hace unos años y se trataba del coche del presidente francés, si no me equivoco Miterrand, que se dirijia desde el aeropuerto hacía la embajada francesa en la calle Maria de Molina la escolta de motoristas de policias municipales nos hicieron subir a la acera saltando el bordillo para dejar un carril libre. Podíamos haber roto algo del coche nuestro, pero eso no importaba.
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