domingo, 8 de noviembre de 2009

Mas ventanas ajenas, como prometí (VI)

En realidad prometí una entrega de ventanas portuguesas, pero han sido tanto los amigos que se han tomado la molestia de mandarme sus ventanas, que les tengo que dedicar un post, antes de hacer ninguna otra cosa.

Aunque no suelo poner fotos de personajes reconocibles no he podido sustraerme al encanto de esta "señorita". Les presento a Jara, asomada a la ventana de la troje en la guarida del afamado gangster Lansky:





Esta es la ventana por la que se escapa el dicho Lansky cuando la policía viene a detenerle en su madriguera (Lo siento, te he descubierto, tendrás que utilizar la otra salida)





Hace ya mucho tiempo que Almudena estuvo en Asturias y me trajo estos balcones floridos de casa blasonada.




Parece Centroeuropa, pero sigue siendo Asturias, vista por Almudena





Lo mismo que este mirador, desde el que podemos imaginar a la Regenta espiando el paso de D. Álvaro Mesía






Si Marco Polo hubiera vivido en este siglo sus viajes hubieran pasado completamente desapercibidos en comparación con los de mi sobrina María. Traigo sólo una pequeña muestra de su paso por la ciudad bávara de Bamberg




María, Bamberg, Alemania





María, Bamberg, Alemania







María, Bamberg, Alemania






María, Bamberg, Alemania




Sin salir de la familia, tampoco lo hizo mal Marta, que dió el salto hasta el otro lado del Atlántico y se paseó por Mexico:





Marta, México




Marta, México





Marta, México





Marta, México






Marta, México






Marta, México






Marta, México





Marta, México




Marta, México



El siguiente se lleva la palma, a pesar de su sencillez, por la creatividad a la hora de poner nombre a un negocio. Me ha dejado helada.



Marta, México


Y otra vez a este lado del Atlántico, pero sin perderlo de vista, nos damos un paseo por Lisboa de la mano de Pilar, que captó esas preciosas ventanas, típicamente portuguesas:




Pilar, Chiado, Lisboa




Pilar, Chiado, Lisboa





Pilar, Lisboa



Pilar, Sintra

Y después del esplendor manuelino de Sintra me despido con esta vista del Tajo desde la torre de Belem. Podemos imaginar a cualquier damisela de la época de D. Enrique el Navegante esperando la aparición de las velas del barco que traía de vuelta a su caballero.




¡Hasta pronto!

2 comentarios:

Carmen Montoro dijo...

Geniales y variopintas "ventanas ajenas"... buen homenaje a tus amigos capturadores.

Un saludo Cigarra, quedo a la espera de tus ventanas lusas.

Lansky dijo...

Ya lo dicen los cuentos populares: todas las cigarras sois unas bocazas. ¡La otra salida...!

fdº: una hormiga