martes, 13 de febrero de 2007

Las cosas viejas


El comentario de Alter, hablando de los papeles perdidos de su abuelo me ha traído a la memoria este verso de Bertolt Brecht, que siempre me ha gustado:


De todos los objetos,
los que más amo son los usados.
Las vasijas de cobre con abolladuras y bordes aplastados,
los cuchillos y tenedores cuyos mangos de madera
han sido cogidos por muchas manos.
Estas son las formas que me parecen más nobles.
Esas losas en torno a viejas casas,
desgastadas de haber sido pisadas tantas veces,
esas losas entre las que crece la hierba,
me parecen objetos felices.
Impregnados del uso de muchos,
a menudo transformados,
han ido perfeccionando
sus formas y se han hecho preciosos
porque han sido apreciados muchas veces.
Me gustan incluso los fragmentos de esculturas
con los brazos cortados.
Vivieron también para mí.
Cayeron porque fueron trasladadas;
si las derribaron, fue porque no estaban muy altas.
Las construcciones casi en ruinas
parecen todavía proyectos sin acabar, grandiosos;
sus bellas medidas
pueden ya imaginarse, pero aún necesitan
de nuestra comprensión.
Y, además,
ya sirvieron, ya fueron superadas incluso.
Todas estas cosas
me hacen feliz.



3 comentarios:

H. dijo...

Lo que no me vas a negar es que lo de la foto es un bombo de Tomelloso.

Cigarra dijo...

Premio para el caballero.
Otro día pondré las de los bombos enteros, no sólo la puerta

lunallena dijo...

Me ha gustado mucho ese poema de Brecht, del que yo sólo conocía una faceta...la combativa....muy pequeña.