Empezaremos por una ventana con prosapia: en el Hoffburg, residencia imperial, ésta es una de las ventanas de las estancias privadas de la emperatriz Sissi. Como es uno de los personajes emblemáticos de la ciudad, se recuerda su presencia con una silueta recortada tras el cristal
Pero de pronto surge una fantasía oriental con tintes bizantinos:
No solo las fachadas: también hay patios interiores con un derroche de ventanas, con plantas,
... o sin plantas:
Esta no es una ventana real, pero tiene un valor especial: el personaje que se asoma por ella es nada menos que Pilgram, el escultor del maravilloso púlpito debajo del cual se encuentra situada. Desde esta ventana lleva mas de cuatro siglos disfrutando del asombro de los turistas que contemplan su obra maestra.
Y para que se vea que Viena no ha quedado estancada en los siglos pasados, una muestra de la modernidad mas moderna: la Casa Haas, en el Graben, frente a la Catedral de San Esteban. Un contraste duro de asimilar, pero que demuestra que Viena sigue siendo una ciudad que vive al ritmo de los tiempos actuales.
Y para no cansaros, otro día seguiremos.
1 comentario:
Me encantaron las imágenes y el cálido relato. Ya el otro día estuve viendo las fotos de Roma... WOW
Las puertas, ventanas y balaustradas son algo que me fascina.
¿Has ido a la Wiener Staatsoper???
Muchos saludos desde Buenos Aires,
Raquel
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