No tiene mayor importancia, pero hago constar que el verso de Itaca no lo envió Jorge, sino su santa, Doña Trini. No es que yo crea que D. Jorge no sea capaz de apreciar la poesía de Kavafis, pero tengo que decir, honradamente, que me sorprendió ligeramente el envío, ya que no abunda en esa clase de mensajes. Sus comunicaciones (que no prodiga, por cierto) suelen tener un carácter mas práctico. Agradezco desde aquí a Trini su aportación y animo a todos a mandar cosas así de bonitas.
Muchas gracias.
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