miércoles, 6 de diciembre de 2006

Procesando y en la repicón

Parafraseo al insigne Beloto para describir cómo me siento, cada vez más.

¡Quién fuera Fray Escoba, que según aseguran, tenía el don de la ubicuidad o bilocación , y conseguía estar en dos sitios al mismo tiempo! Porque tal como se me presenta la vida en general y el mes de diciembre en particular, me vendría muy bien tener ese don. O por lo menos el aparatito de Hermione en no se cuál de las entregas de Harry Potter, ese que le permite asistir a dos clases diferentes al mismo tiempo. Bien sabe Dios que yo no pretendo hacer tal cosa. Ya fui a clase todo lo necesario, y si asisto a más clases será con la intención de cobrar por impartirlas, no como alumna. Pero en cambio me encantaría poder estar de paseo mientras cumplo mis deberes de funcionaria, hacer las tareas domésticas mientras leo novelas, ir a Humanes y cumplir mis compromisos coriles sabatinos simultáneamente, o sin ir mas lejos, estar en la cocina haciendo la cena mientras escribo estas tonterias en el ordenata, qué le vamos a hacer.
(Imaginense ustedes a qué hora vamos a cenar, porque mi santo, que a veces provee en situaciones de franca emergencia como ahora mismo, se me ha quedado traspuesto en el sofá y no tiene mucho aspecto de ponerse a aliñar la ensalada)

Pero si así fuera y pudiera hacer dos cosas a la vez también es cierto que me perdería ese placer tan sutil y alambicado que es el de estar haciendo algo mientras piensas "yo, en realidad debería estar haciendo aquello otro" . Para que el placer sea genuino el "algo" debe ser inútil y superfluo, como un sudoku, y el "aquello otro" tiene que ser algo necesario, como sacar la ropa de la lavadora, o planchar, o meramente irse a la cama a una hora razonable, porque hay que madrugar mañana.

Pero volvamos a la rama principal de lo que en mí hace las veces de razonamiento, o sea, lo de que el mes de diciembre viene tupido, y expliquémoslo. Por el lado del ocio creativo (por llamarle de algún modo) se me están solapando los dos coros:
- el sábado 9, concierto con Accento en Villavieja de Lozoya, hermoso lugar próximo a Buitrago.
- el miércoles 13, concierto con Talía en el Círculo de Bellas Artes
- el viernes 15, concierto con Talía en el pueblo de Fuencarral
- el sábado 16, boda con Accento (no es que nos casemos, es que cantamos en la ceremonia)
- el martes 19, conflicto: Concierto con Accento en el Círculo Zayas y con Talía en el Auditorio Padre Soler de Leganés. ¡Y a la misma hora!
- el miércoles 20, concierto con Accento en el Insituto Beatriz Galindo
- el viernes 22, concierto con Accento en el Centro Buenavista de la Avda. de los Toreros
- el viernes 29, concierto con Talía en el Auditorio Nacional, "Aires Latinos II"

Y para todo esto, obviamente, hay que ensayar, todos los martes con unos, todos los viernes con otros, y casi todos los domingos con los dos. ¿Comprenden ahora mi triste situación?

(Bueno, en algo ha mejorado mi situación: mi santo ha emergido de los brazos de Morfeo y está en la cocina picando lechuga. ¿Es o no es un santo?)

Y por el lado de la obligación que me da de comer (procuro no pensar en ella cuando estoy fuera, pero como se trata de inspirar compasión, la saco a colación) tengo a mi compi del alma lesionado y fuera de servicio, con la patita hinchada, como el pastor del cuento. Por lo cual tengo que hacer frente a la rutina cotidiana en completa soledad, snif, y encima se les ha ocurrido que es el momento adecuado para aquella mudanza que estaba pendiente, lo que significa mover todas las revistas de sus estanterías, porque lo que está aquí hay que ponerlo allá, y lo de allá se va a mover al otro lado, y los Proyectos Fin de Carrera se suben a la 2ª planta, y para hacer sitio hay que bajar los ejemplares de las revistas anteriores al 2004 al sótano.
Para que se hagan una idea, cuando digo todas me refiero a los fondos de unos 400 títulos que pueden tener un promedio de 12 ejemplares por año y título (o 56, si son semanales, que las hay) Yo soy de letras, pero me salen mas de 5000 fascículos que hay que mover en orden, y colocar en su nueva ubicación conservando el orden, y previendo el espacio necesario para el crecimiento de la colección. ¿Es o no es mi vida un erial donde flor que toco se deshoja?

Si ya les he dado bastante lástima, considero cumplida mi misión por hoy, y me despido con una advertencia:
NUNCA VAYAN AL CENTRO DE MADRID (ATOCHA, CARRERA DE SAN JERÓNIMO) EL DÍA DE LA CONSTITUCIÓN, EN COCHE PROPIO. Casi, casi, ni en transporte público. Se pone imposible.

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