martes, 19 de diciembre de 2006

Gritos y susurros


Vas tu tranquilamente, por la mañanita, regocijándote de ir en un coche con calefacción y música incorporada, pensando que ni Luis XV en todo su esplendor disponía de esas comodidades (sobre todo porque de alguna manera te tienes que consolar de haberte levantado con los gallos y andar con la lengua fuera para fichar a tu hora), y pones radio Clásica para que las lenguas viperinas de las diferentes tertulias no te amarguen ese ratillo de paz, ese disfrute de los primeros rayos de sol sobre los árboles del Retiro, la bruma sobre el Cerro de los Angeles, allá a lo lejos, y otros placeres visuales matutinos.

Y entonces suena una musiquita encantadora, que has cogido ya empezada. Y empiezas a hacer apuestas contigo mismo: puede ser del Padre Soler o de Scarlatti. Pero ¿y si es Boccherini? La verdad es que no suena tan español, lo mismo es un Haydn de los primeros tiempos. En fin, que vas pendiente de que digan de quién es. Y al terminar, efectivamente, sale el locutor con un chorro de voz espléndido "Acaban ustedes de escuchar a la Academy of San Serenin del Monte, dirigida por Periquito Pi, con el solista Juanito de los Palotes, interpretando la sonata para clave en Re menor, Opus 27 y medio, de pfszz...." y ahí, precisamente, se le acaba el aliento al desgraciado, dice el nombre del autor con un susurro inaudible, y nos deja sin saber lo que mas interés teníamos en conocer.

¿Es que no hay nadie que le diga que no se hace así ? ¿que se puede coger aire en medio de una frase? ¿que nos da igual el número de Opus, y si era en Re menor o mayor, pero queremos saber QUIÉN lo compuso? ¿Dónde está esa señora tan simpática que oficiaba en estos últimos tiempos antes de las 9 de la mañana?

En fin, que esto no es vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si puede ser del Padre Soler o de Scarlatti, también puede ser de Cimarosa. Confieso, en mi ignorancia, que cualquier pieza de clave de cualquiera de estos tres puedo atribuírsela a cualquiera de los otros dos.

A mí me pasa algo peor y es que después de escuchar ansiosamente la pieza, debatiéndome entre el deseo de seguir oyéndola y el de que acabe para enterarme por fin de quién la compuso (he llegado a quedarme hasta diez minutos en el coche ya aparcado, retrasando mi llegada a donde quiera que fuese, solo para oirlo) en más de una ocasión, treinta segundos antes del final, se me ha ido el santo al cielo, me he puesto a pensar en mis cosas y, para cuando he recuperado la atención, ya han dicho el autor y yo no me he enterado. ¡Terrible!

Anónimo dijo...

Llevo como un mes sin radio en el coche y no me he enterado de los últimos cambios. ¿La señora simpática que añoras es una que habla muy pulcra y pronuncia de una manera muy graciosa el inglés y el alemán, modulando cuidadosamente las vocales exóticas y perfilando las consonantes? ¿La han quitado?

Cigarra dijo...

No se si la señora simpática de pronunciación exagerada estará de vacaciones, o la habrán prejubilado, pero ahora sale un muchacho que no se, no se.
Me consuela mucho saber que hay quien hace la toninada de quedarse en el coche (sin comer, a veces, así sean las 15,30) para saber de quién es lo que están tocando. Y me consuela mucho mas ver que le pasa lo mismo que a mi (de no enterarse) ¿será algo genético?