miércoles, 20 de diciembre de 2006

Qué nochecita.

He dormido fatal, pero es que se veía venir. Y no se le puede echar la culpa a mi otra mitad porque el pobre esté algo acatarrado y "respire fuerte", porque eso también le pasa otras noches y yo duermo como los mismos ángeles.


Digo que se veía venir, porque a quién se le ocurre irse a la cama después de haber estado viendo en televisión a dos seres de los que quitan el sueño a cualquiera:






1º, Mª Antonia Iglesias. Siempre recuerdo a mi bienamado jefe Usechi que me decía "Tu existes porque tiene que haber de todo". Pues bien, esa es la mejor descripción que se puede hacer de esa señora que se considera periodista y es la cosa mas vocinglera, maleducada, cerril, tendenciosa y desagradable que se pueda uno encontrar en una tertulia. Yo comprendo que tiene que haber de todo, pero ¿por qué nadie la invita a una tertulia? A mi me interesaba el tema del debate, había gente de todo tipo, y cada cual intentaba decir lo suyo con mayor o menor respeto por los turnos y las opiniones de los otros, pero esta especie de kamikaze de la palabra imposibilitaba cualquier diálogo, interrumpía constantemente con la peor falta de respeto y voceaba como verdulera de la peor especie; hace parecer educados a Jesús Mariñas y Karmele Merchante. En fin, que me echó del programa.






2º y la segunda, en pleno plexo solar. Pone uno a Buenafuente para reirse un ratillo, y ¡trae al Ruiz Gallardón! mi "bête noire" por excelencia, el sujeto al que más veces he deseado que se pille los dedos con el cajón de la mesa por ladrón, y me lo encuentro en mi televisión vendiéndonos lo bonito que está dejando Madrid con nuestro dinero, a fuerza de meternos la mano en el bolsillo hasta el codo, y dejarnos entrampados para los próximos 40 años. ¡Dios le confunda!


Habrán visto ustedes que ya han retirado la campaña publicitaria de "Qué pasaría si nunca pasase nada". Algún asesor espabilado le habrá dicho lo que opinamos los madrileños de lo que deseamos que le pase a él, a ser posible cuanto antes. Yo como poco, pienso con delicia en la escalinata central de la Casa de Correos (que ha usurpado ¿con qué derecho?) y lo imagino rodando escaleras abajo con resultado de varias fracturas, nada grave, sólo que "se vaya gastando en botica , lo que tú me has hecho padecer" como dice la zarzuela.


Así que imagínense que noche.

3 comentarios:

H. dijo...

El otro día andaba yo de zanja en zanja (no por tu pueblo, sino por el mío) y le pregunto a un señor que asomaba a la ventana de su piso principal: "¿Vd. sabe para qué es esta zanja, qué es lo que están haciendo?" Y me contesta el gurriato, muy lleno de sí mismo: "¡Creo que van a soterrar a la puta madre del alcalde!". Con perdón por lo de las madres, pero como véis "everywhere they cook beans", como dicen en La Pérfida Albión.

Cigarra dijo...

Gracias a Dios, siempre hay un castizo que llama a las cosas por su nombre. No hay que pedir perdón por lo de las madres, si la de Gallardín no le ahogó en la cuna, que se atenga a las consecuencias.
Aparte de todo, ¡qué bonito queda eso de "soterrar"!

Anónimo dijo...

¿Cómo pudiste sobrevivir?